Todo es... ¿igual?

A veces, cuando estoy libre, sin nada que hacer durante el fin de semana, hago lo que hacía varios años atrás. Ando por los mismos sitios, paro en los mismos lugares, incluso hago cosas que hacía antes. Pero las cosas que antes me hacían felices parece que ahora no.

Por ello los momentos son irrepetibles, ya que, aunque suceda exactamente lo mismo, tú ya no eres el mismo. Esto es extensible a la interrelación con otros entes pensantes. Pocas cosas perduran. Y las que más suelen perdurar son las malas. Realmente es cierto eso de que el odio es el sentimiento más fuerte que existe, ya que se puede odiar para siempre, pero no se puede amar para siempre. Por ello, me alegran todos los buenos sentimientos que, a pesar de eventos, a pesar del tiempo, y a pesar de todo, siguen perdurando. Esperemos que sigan ahí en el proceso evolutivo.

Y esta imagen que tan bien lo refleja está creada por uno de esos buenos sentimientos.